Estudio indica que la presión del tiempo y la carga cognitiva aumentan los errores entre trabajadores de líneas eléctricas

Según una investigación reciente, trabajadores de líneas eléctricas están más propensos a cometer equívocos con alto riesgo de fatalidades

La integridad física de los trabajadores en la construcción es muy importante, especialmente en el sector eléctrico. Un estudio reciente, dirigido por Shiva Pooladvand y Sogand Hasanzadeh y publicado en la revista Automation in Construction, exploró los efectos de la presión del tiempo y la demanda cognitiva en el rendimiento de los trabajadores eléctricos. La investigación descubrió que la presión del tiempo y la actividad cognitiva intensificada aumentaron significativamente las probabilidades de que los participantes cometieran errores. Estas percepciones erróneas de los riesgos relacionados con la integridad física resultaron en decisiones arriesgadas y una disminución del rendimiento de seguridad.

El sector eléctrico de la industria de la construcción, en particular, enfrenta desafíos sustanciales relativos a la seguridad ocupacional. Los datos muestran que la construcción es uno de los sectores más peligrosos para los trabajadores, con una alta incidencia de accidentes y fatalidades. En los Estados Unidos, ella corresponde al 5.3% de la fuerza laboral, pero representó más del 19% de los incidentes ocupacionales fatales en 2019. Los comportamientos inseguros y los errores de los trabajadores se identifican como las principales causas de incidentes laborales.

Los trabajadores eléctricos son fundamentales en la instalación y el mantenimiento de sistemas eléctricos en diversos contextos de la construcción. Sus actividades incluyen cablear edificios y sistemas de iluminación, conectar fuentes de energía y garantizar la seguridad y funcionalidad de los componentes eléctricos. Sin embargo, ellos enfrentan riesgos significativos, incluyendo descargas eléctricas, arcos eléctricos y electrocución, que pueden resultar en lesiones graves e incluso fatalidades. Además, los riesgos de incendio debido a cableados defectuosos y al uso inadecuado de equipos eléctricos también son una preocupación importante.

Para mitigar estos riesgos, es esencial que los trabajadores sigan protocolos de seguridad rigurosos y utilicen equipos de protección adecuados. No obstante, el estudio destaca los desafíos que enfrentan los trabajadores al equilibrar la seguridad en el lugar de trabajo con la presión para aumentar la productividad.

El experimento llevado a cabo por los autores del estudio, Shiva Pooladvand y Sogand Hasanzadeh, utilizó una tarea simulada de construcción eléctrica en un entorno de realidad mixta para investigar los efectos de las intervenciones de seguridad en el rendimiento de los trabajadores bajo presión de tiempo y demanda cognitiva. Los resultados mostraron una clara correlación entre estos factores y la ocurrencia de errores, con una disminución en el rendimiento de seguridad en condiciones más desafiantes.

El estudio contó con la participación de 30 estudiantes sanos de programas de ingeniería civil, ingeniería y gestión de construcción, y tecnología de gestión de construcción. En total, 22 eran hombres y tenían, en promedio, un año y medio de experiencia trabajando en la industria de la construcción.

La tarea experimental requería que los participantes movieran tres líneas de energía eléctrica en vivo de un poste antiguo a uno nuevo, sin interrumpir la energía en un área residencial suburbana que estas líneas abastecen. Para completarla, era necesario mover las líneas y quitar las cubiertas aislantes de los conductores. Este es un tipo de tarea que los trabajadores de líneas eléctricas podrían realizar al reparar daños causados por una tormenta. Como era inviable y éticamente inaceptable hacer que los estudiantes realizaran una actividad bajo condiciones reales, los autores del estudio construyeron un entorno de realidad mixta inmersiva en el que se hacía el ejercicio.

Los participantes realizarían la tarea mientras estaban de pie en la caja de un camión, simulando estar elevados en la parte superior de un poste eléctrico. La realización estaba sujeta a tres condiciones diferentes: en primer lugar, completarla a su propio ritmo; en segundo, hacerlo dentro de un límite de tiempo (presión de tiempo); y, en tercer lugar, realizarla mientras hacían un ejercicio de memoria de trabajo (demanda cognitiva).

Los autores del estudio utilizaron la Espectroscopía Funcional de Infrarrojo Cercano (fNIRS, por sus siglas en inglés functional Near-Infrared Spectroscopy) para rastrear la actividad cerebral de los participantes mientras realizaban la tarea. La fNIRS es una técnica de neuroimagen no invasiva que proporciona información sobre la actividad cerebral midiendo los cambios en el flujo sanguíneo cerebral y la oxigenación, detectando la absorción de luz infrarroja cercana. Para obtener más información sobre este método, puedes consultar aquí.

Los investigadores observaron si los participantes lograron completar la tarea sin causar un arco eléctrico, si podían completarla dentro del tiempo establecido (en la condición de presión de tiempo), y qué tan precisamente realizaron la tarea de memoria de trabajo (en la condición de demanda cognitiva). Cada participante completó las tres actividades con períodos de descanso de 2 minutos entre cada una. Los resultados mostraron que los participantes que trabajaron a su ritmo realizaron la tarea correctamente en el 85% de los casos. Cuando se introdujo la presión de tiempo, este porcentaje cayó al 73%, mientras que hubo errores en el 27% de los ejercicios. Bajo demanda cognitiva, los participantes cometieron errores más de la mitad del tiempo: en el 58% de las tareas.

El análisis de los datos de la fNIRS mostró una tendencia de aumento en actividad en las áreas del cerebro observadas a medida que la tarea se volvía más difícil. Lo mismo ocurrió con la variabilidad individual, que demostró niveles de actividad cerebral mucho más significativos según la dificultad crecía, especialmente en el córtex motor y en las regiones del hemisferio derecho. El aumento de la variabilidad puede indicar que, mientras que la actividad cerebral aumentaba con la dificultad del ejercicio en algunos participantes, esto puede no haber sido tanto el caso en otros.

“Los resultados mostraron que los trabajadores no pudieron procesar informaciones circundantes debido a recursos cognitivos limitados, y percibieron erróneamente riesgos potenciales bajo presión de tiempo y demanda mental aumentada. Por consecuencia de estas fallas cognitivas, tienden a depender más de medidas de seguridad y están más propensos a tomar decisiones arriesgadas, lo que resulta en una disminución en el rendimiento de seguridad”, concluyeron los autores del estudio.

La investigación proporciona una valiosa visión de cómo cambia el rendimiento bajo presión de tiempo o una mayor demanda mental. Sin embargo, es importante recordar que el estudio se realizó en un entorno de realidad mixta en el que los participantes sabían que no era real. Esto puede haber afectado sus niveles de aceptación del riesgo. Los resultados en entornos del mundo real pueden no ser los mismos.